Comenzar una nueva etapa en la vida, en ocasiones, puede resultarnos complicado. Más aún cuando se trata de hacer una elección. Entre los muchos casos que supone dar un giro a tu vida o, simplemente, cambiar algo de ella, nos encontramos ante el dilema de hacer o no un Máster y, mucho más que eso, elegir el mejor.
Para elegir la mejor de las opciones y que mejor se adapte a nuestras necesidades… estas son las 5 preguntas básicas que debemos plantearnos para llegar a la conclusión más acertada:
Dada la época en la que vivimos, es importante estar seguros de que el Máster que queremos hacer no es solo porque nos entusiasme, sino también porque tenga salida profesional real. Al tratarse de una formación orientada 100% a mejorar nuestra carrera laboral, debemos entender que este aspecto es fundamental. Así, las áreas relacionadas con la Dirección y Administración de Empresas Marketing, Marketing Digital, Comunicación, Comercio Internacional, Finanzas o Turismo (tratándose de un país como es España) pueden ser aquellas de mayor empleabilidad.
En muchas ocasiones lo que queremos es continuar especializándose o actualizándose en el área donde ya nos vemos inmersos profesionalmente. En este sentido, la decisión se hace más fácil a la hora de qué máster estudiar pues únicamente consistiría en el Máster que mejor encaje en relación calidad-precio u otras cuestiones como son la flexibilidad horaria. Por otro lado, existen otros muchos profesionales que se proponen dar un giro a su vida profesional y aquí la decisión de vuelve más difícil. En este punto, es necesario tener claro hacia dónde queremos ir, cómo y por qué.
En relación a las dos preguntas anteriores, debemos tener claros qué objetivos vamos a perseguir cuando queremos estudiar un Máster. En función de ello, también influirá la elección de uno u otro, así como de la elección de la modalidad del mismo.
Compaginar la vida profesional y formativa no es fácil. En primer lugar por la disponibilidad de tiempo y la flexibilidad horaria. Por ello, muchas veces es prácticamente imposible decantarnos por la modalidad presencial y optamos con la realización de un Máster a distancia u online. Asimismo, no debemos dejar atrás otra opción que está disponible que es la versión semipresencial. En cualquier caso, esta decisión también es muy importante y va a repercutir en gran medida en la finalización o no del Máster.
Finalizar o no el Máster depende en gran medida de cómo nos hayamos planteado las cuatro cuestiones anteriores. Así, influirá nuestra motivación y razón por la que hemos elegido un Máster u otro, de si hemos acertado en la elección, de la modalidad con la que lo hemos cursado…
Y ahora… ¿Estás más preparado para tomar esta gran decisión?
¿Quién dijo que las Finanzas son algo aburrido? A lo largo del tiempo han sido muchas las personas que han sido testigos de cómo grandes pensadores daban en el clavo a la hora de identificar comportamientos o tendencias que en realidad hacían daño o se podían volver contra ellos mismos.
Algunos de estos genios no eran personas formadas en escuelas de negocios, sino gentes sencillas, que alcanzaron la sabiduría. Otros, sin embargo, se formaron en escuelas y trabajaron duro a lo largo de su vida. Todos nos ofrecen una serie de pensamientos que nos pueden ayudar a mejorar nuestra vida. Y si no, puedes comprobarlo tú mismo:
“La gente sobrevalora siempre la complejidad del mundo de los negocios. No hay que ser un genio para entenderlo; hemos elegido una de las profesiones más simples del mundo”.
(Jack Welch, expresidente de General Electric)
“Aquel que contrae una deuda, contrae una pena… El necio y el dinero toman caminos opuestos”
(Thomas Tusser, granjero y poeta inglés del siglo XVI)
“Quien descubra las necesidades humanas estará a medio camino de alcanzarlas”
(Adlai Stevenson, político y exgobernador de Illinois)
“El competidor a quien hay que temer es aquel que en lugar de preocuparse por usted, mejora sin pausa su negocio”
Henry Ford, fundador de Ford Motor
“Haga del dinero un dios y las desgracias lloverán sobre usted”
Henry Fielding, novelista y escritor satírico británico del siglo XVIII
“El valor no es extrínseco; no está en las cosas. Está en nosotros, en la manera en que los seres humanos reaccionamos a las condiciones de nuestro entorno”
Ludwig von Mises, economista austríaco
“Hay dos formas de conquistar y esclavizar una nación. Una es a través de la espada y otra a través de la deuda”
John Adams, segundo presidente de EE.UU.
“Asuma riesgos calculados. Y esto no tiene nada que ver con ser imprudente”
George S. Patton, comandante del Tercer Ejército de EE.UU. durante la II Guerra Mundial
“El capital es esa parte de la riqueza dedicada a obtener más riqueza”
Alfred Marshall, economista y autor de Principios de Economía
“No he fracasado. Sólo he descubierto 10.000 maneras de equivocarme”
Thomas A. Edison, inventor estadounidense
Tal vez hayas venido a España y si has tenido la inmensa suerte de encontrar trabajo recientemente, quizá te hayas planteado cuál será tu salario neto o lo que es lo mismo, cuántos impuestos vas a tener que pagar.
En el caso de personas físicas
Si vives en España más de 183 días al año, la norma general dicta que entonces debes tributar por todos tus ingresos aquí. Parte de esos impuestos, llamados directos, los pagarás sin darte cuenta cada vez que compras bienes o servicios. El más conocido de ellos es el Impuesto sobre el Valor Añadido o IVA, que actualmente se sitúa en el 21% del valor del producto o servicio que estemos adquiriendo, un 10% si se le aplica el IVA reducido o un 4% cuando es superreducido. Tranquilo, estos dos últimos casos son bastante inusuales, por lo que normalmente deberás abonar ese 21% y cuyo importe se verá reflejado en toda factura o ticket de compra.
El impuesto indirecto más conocido es el Impuesto sobre la Rente de las Personas Físicas o IRPF. Este impuesto grava la totalidad de los rendimientos netos y sus incrementos patrimoniales.
A estos dos se unen, como es lógico, también en el caso de los nacionales, las tasas y las contribuciones especiales.
Personas jurídicas
En el caso de las empresas (personas jurídicas), el Fisco tampoco distingue si su propietario/s vive/n o no la mayoría del tiempo en España. Toda empresa debe pagar el Impuesto de Sociedades que corresponda por los beneficios obtenidos aquí.
Existió alguna excepción a este respecto, la legislación permite tributar como no residentes a algunos directivos y profesionales que han venido a trabajar a España por un tiempo determinado. Pero fue derogada. Como norma general, podemos decir que no hay privilegios para los extranjeros que vienen a trabajar a España.
Muchas personas piensan que esos privilegios se dan en la práctica aunque, sin embargo y debido a la existencia de los convenios que evitan la doble imposición, en realidad no existen. España tiene actualmente firmados este tipo de acuerdos con cerca de 90 países (ver aquí).
Más info: Más economía para andar por casa (Ed. Lid)
En cualquier sitio donde existe un problema, por muy escondida que esté, existe una solución. Aunque lo verdaderamente complicado es encontrarla y suele pasar principalmente porque las soluciones suelen esconderse en un lugar donde no estamos acostumbrados a buscarlas: en el sentido común.Y así es como se toma decisiones.
Pasamos horas delante de nuestras mesas realizando matrices de datos y árboles de decisiones con mil y un métodos estadísticos y apelando a filosofías Savage, Laplace, Hurwicz… Dedicamos media vida a diseccionar los problemas centrando nuestra atención en aquello que nos obstaculiza en vez de mirar más lejos y centrarnos en la solución que es lo que de verdad nos dará la energía suficiente para esclarecer la estrategia. La solución no tiene necesidad de explicaciones previas del problema, sino que será la solución lo que conducirá al descubrimiento del modo de funcionamiento del problema. Son las soluciones las que deben explicar los problemas y no al revés.
Utilicemos solo unos instantes para definir el problema: ¿En qué consiste?, ¿Quién está implicado?, ¿Dónde se produce?, ¿Cuando aparece?, ¿Cómo funciona?…. Como nuestra mente estará sesgada por el problema, deberemos salir de ella y definir también el problema desde la perspectiva de otras personas que conozcamos bien. Definir el problema desde diferentes perspectivas nos abrirá nuevos escenarios.
Tras esto deberemos definir el objetivo. Cuáles son los cambios concretos que permitirán afirmar que el objetivo se ha cumplido.
Evaluar soluciones intentadas. Evaluar todo lo que no ha tenido éxito nos permite centrarnos en la dinámica concreta que mantiene el problema, o por el contrario, lo puede cambiar.
Técnica de empeorarlo. ¿Si quisieras empeorar más la situación como lo harías? Pensar en ello incentivará nuestra hacia la creatividad que se desarrollará como respuesta a la obligación impuesta a la mente de ir en dirección opuesta.
Técnica del escenario más allá del problema. Ahora piensa en cómo serán las cosas con el problema resuelto. Ya lo hemos dicho en otras ocasiones, si lo consigues creer lo creas.
Técnica del escalador. Cuando un escalador programa una ascensión parte de la cima y programa la ruta al hasta el campo base. Esto hace que desde el objetivo cumplido se nos permita construir fácilmente la secuencia de acciones que hay que realizar para resolver el problema, partiendo del cambio más pequeño y concreto posible.
Y por último, corregir el tiro. No olviden naca que rectificar es de sabios. A veces lo problemas son sucesiones progresivas de decisiones a tomar. Según se vayan solucionando secuencias se puede ir desde la flexibilidad reprogramando la situación.
Esto nos servirá para sacar de la mente los “porqué” y llenar la mente de “cómo”. Y ya sabéis, aunque este muy escuchado, “no busques resultados diferentes haciendo siempre las cosas igual”. Y ante todo. SENTIDO COMÚN.
Antonio Robles, profesor del Máster de Dirección de Recursos Humanos
en EUDE Business School