17 junio 2014

¿Qué necesidades tiene la empresa actual?

Cuando se afronta una cuestión tan amplia y relevante como la que titula este artículo, obligatoriamente se tiene que hacer un ejercicio de síntesis y precisión. Las necesidades actuales de las  organizaciones derivan de sus propios objetivos, que, en momentos como los actuales, están centrados en sobrevivir, además de obtener lo máximo con los mínimos recursos.

En este sentido, el factor humano cobra una relevancia fundamental, ya que, si hay un recurso que marca la diferencia y es verdaderamente estratégico, son las personas en las organizaciones. Contar y gestionar el talento adecuado, debe constituir una prioridad en cualquier tipo de organización.

Para ello, toda la organización debería ponerlo en el centro de las prioridades. Desde desarrollar una adecuada política de reclutamiento y selección por parte de los departamentos de recursos humanos, exenta de las innecesarias urgencias gratuitamente planteadas, hasta el diseño de un sistema de selección de ese talento que, lejos de retenerlo por cuestiones meramente legales o monetarias, se centre en hacer atractiva la continuidad en las empresas.

TRES NECESIDADES BÁSICAS DE LAS EMPRESAS 

Tradicionalmente se ha considerado que el sistema de compensación es el único o más importante aspecto, pero, en mi opinión, existen otros tantos, o más relevantes.

Uno de ellos tiene que ver con el establecimiento de una cultura sólida y orientada a la consecución de los objetivos generales de la empresa. Cultura de alto rendimiento, en definitiva.

El segundo, hace referencia a los valores que realmente se viven en la organización. En este sentido, la ética constituye, o debería hacerlo, un elemento innegociable.

Por último, el sacrificio de los logros, objetivos, o reconocimientos individuales en favor de los generales y más elevados de la organización. Estas, en tanto que equipos de trabajo, deberían anteponer el fin general al individual.

Cualquier organización que pretenda ser exitosa (cualquiera que sea la interpretación de este concepto) debe basarse en unos elementos sólidos y eficientes. No hay activo más importante que las personas, y cualquier esfuerzo que tenga como foco el desarrollo de las mismas, será una apuesta segura.

Javier Sastre, Profesor del MBA de EUDE Business School

y Experto en Organización 

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