19 octubre 2021

Turismo cultural: qué es y cuáles son los impactos de esta modalidad de turismo en auge

turismo cultural

El turismo cultural es una de las modalidades de turismo más practicadas y con un mayor auge. Conocer nuevos lugares desde una perspectiva cultural es una tendencia al alza que puede generar grandes beneficios, tanto a las empresas del sector como a una gran parte de la sociedad.

 

Existen muchas definiciones de turismo cultural. Cada una de ellas pone el acento en uno u otro aspecto. En este sentido, la Organización Mundial de Turismo lo define como el “movimientos de personas por motivaciones esencialmente culturales como viajes de estudio, artes escénicas y giras culturales, viajes a festivales y otros eventos culturales, visitas a sitios y monumentos, viajes para estudiar la naturaleza, folklore o arte, y peregrinaciones”.

 

Partiendo de esta definición, podemos entender el turismo cultural desde dos perspectivas complementarias. Por un lado, es una actividad en la que los viajeros visitan destinos particulares para experimentar y aprender sobre una cultura en particular. Esto puede incluir muchas actividades como; asistir a eventos y festivales, visitar museos y degustar la comida y bebida local, entre muchas otras.

 

Por otro lado, el turismo cultural también puede ser una parte involuntaria de la experiencia turística. En este caso, la inmersión cultural (con la gente local, su idioma, costumbres, cocina, etc.) es una parte inevitable de las vacaciones de una persona. Sea como fuere, en cierta forma, el turismo siempre tiene una dimensión cultural, consciente o inconscientemente.

 

El impacto del turismo cultural

 

El turismo cultural es importante por muchas razones, tanto para las comunidades que lo reciben como para los viajeros que lo realizan. “La cultura es una de las fuerzas impulsoras del crecimiento del turismo”. Esta afirmación la realizó el secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Zurab Pololikashvili, durante la tercera conferencia sobre turismo cultural organizada por la OMT y la UNESCO, en 2018. Una afirmación respaldada por los datos: el turismo cultural en el mundo representa casi el 37% del total del sector.

 

Para los lugares que lo reciben, el turismo cultural puede tener un impacto social positivo. Por ejemplo, puede ayudar a reforzar las identidades, a mejorar la comprensión intercultural y a preservar el patrimonio y la cultura de un área. Apostar por promover un turismo de este tipo supone revalorizar el patrimonio cultural. Esto supone una motivación para cuidarlo y protegerlo.

 

Pero, además, el turismo cultural también puede tener un impacto económicos positivo. Los turistas que visitan un área para aprender más sobre una cultura o que visitan atracciones de turismo cultural, como museos o espectáculos, durante su viaje ayudan a contribuir a la economía del área. Su llegada necesita de la existencia de empresas que ofrezan determinados servicios (alojamiento, transporte, restauración, ocio, etc.). A su vez, genera demanda de personal, en muchos casos cualificado, y un incremento de ofertas laborales directa o indirectamente relacionadas.

 

Y algunos retos

 

Como es lógico, no adoptar las medidas adecuadas, puede generar problemas. Uno de los problemas más importantes es la destrucción del patrimonio. Si bien es cierto que el turismo cultural promueve la protección, la afluencia de visitantes en gran cantidad, junto con una correcta planificación puede acabar con el mismo patrimonio que sirve como reclamo al turista. Por ejemplo,  un documento de la UNESCO concluye que la sobreexplotación turística y la ausencia de políticas efectivas es uno de los factores que más perjudican al patrimonio cultural, incluidos los Patrimonios de la Humanidad. De tal forma, una gestión deficiente puede suponer la aplicación de una forma de turismo insostenible en el medio plazo.

 

Otro reto importante es el de lograr el equilibrio entre autenticidad y estandarización. El destino debe satisfacer la curiosidad por lo nuevo y lo diferente o desconocido (paisajes, entornos, gastronomía, etc.). Pero, al mismo tiempo, debe existir un cierto grado de estandarización. La causa es que, por lo general, son pocos los turistas que buscan experiencias completamente nuevas o que requieran un excesivo esfuerzo de adaptación. En este sentido, es importante la existencia de instalaciones reconocibles en un entorno desconocido que les transmitan cierta sensación de seguridad. Lograr este equilibrio es, probablemente, uno de los desafíos más complicados para todos los agentes implicados.

 

Por eso, una adecuada planificación es ineludible para promover un turismo de este tipo que, además de rentable, sea respetuoso con la comunidad, sin renunciar a satisfacer las necesidades de los visitantes. En este plano, resulta imprescindible la existencia de personal y profesionales cualificados para hacerlo posible.

 

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Vicente Selva Belén

Tutor del área de finanzas y director de Culturapedia.com

 

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